lunes, 11 de diciembre de 2017

Que la Fuerza te acompañe.


Hoy he recordado un artículo que leí hace mucho tiempo en El País y que he vuelto a recuperar (gracias Internet) tras ver un vídeo en Youtube (gracias otra vez).

En aquél artículo titulado "De misión con un top gun", el cual recomiendo leer si eres aficionado a la Aviación Militar, el autor del artículo volaba en un C-101 con Bayardo Abós quién en ese momento era Capitán hoy Tte. Coronel del Ejercito del Aire (casualmente es pacense) y comentaban acerca de las dificultades que envuelven el vuelo de los pilotos de combate.

Uno de los aspectos influyentes en el vuelo militar es la capacidad de soportar el alto número de Gs que pueden provocar alguna de las misiones que se llevan a cabo y la importancia de utilizar el traje anti-G para impedir que la sangre descienda del cerebro a las partes bajas del cuerpo y evitar perder la visión e incluso el conocimiento con el resultado fatal que se puede intuir si ello ocurre en un avión de combate.

También comentaban que en lo que respecta al físico es mejor para un piloto de combate "no ser muy alto y tener un cuello muy fuerte", y también "que no tenga mucha distancia entra la cabeza y el corazón para que al bombear la sangre al cerebro el esfuerzo sea menor".

No voy a entrar en detalles técnicos sobre lo que es la fuerza G, la soportamos a diario y la conocemos y además siempre hay alguien que sabe explicarlo mucho mejor que uno mismo, pero sin duda los pilotos de combate se codean con ella bastante más y con más intensidad que la mayoría del resto de los mortales.

Y todo esto viene a cuento porque en dicho vídeo que fue subido por Saab (gracias, y ya van tres) hace un par de semanas se puede comprobar el esfuerzo que realiza un piloto de pruebas de dicha empresa llamado André mientras realiza un display con el Gripen, y la verdad es que visto y escuchado así la cosa acongoja, y mucho.

Además el vídeo técnicamente está muy bien realizado ya que la misma pantalla dividida en tres apartados nos permite ver la fuerza G que soporta el piloto en cada momento (y escuchar su acelerada respiración en los momentos más complicados), comprobar lo que ve el mismo desde el interior de la cabina y también como se ven las maniobras desde fuera.

Sin más dilación, ahí queda eso:




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