sábado, 4 de febrero de 2017

Auto & Technik Museum Sinsheim (V de XIV)


Dentro del gran número de autos que hemos visto hasta ahora, todos soberbios, hay algunos que se destacan por su originalidad o excepcionalidad como es el caso de "La llama Azul". 

Definido por los gerentes de este Museo como "una de las grandes sensaciones del mismo" "The Blue Fame" es el artefacto (no se puede decir que sea un automóvil) propulsado por cohetes que consiguió rodar más rápido que ningún otro.

El 7 de Octubre de 1970 alcanzó los 1.014,656 km/h en el desierto de sal de Bonneville.

Su récord se mantuvo vigente hasta 1983, año en el que se consiguió batir la estratosférica marca establecida por este monstruo de 58.000 hp.











Singular también es el vehículo denominado BRUTUS nacido del proyecto de igual nombre que se gestó en los propios talleres de este Museo con la idea de crear, al igual que modelos de antaño, un vehículo clásico de carreras dotado de motor de aviación. 

Por ello porta un motor BMW capaz de ofrecer 550 hp a 1530 rpm lo que le permite alcanzar los 100 km/h a sólo 800 rpm. Ya sabéis de dónde le viene el nombre.

Instalado en una exposición multimedia acongoja oír su sonido en funcionamiento.





Otro de esos vehículos especiales expuestos es el "De Lorean" y no porque el modelo expuesto tenga alguna particularidad específica que lo haga único entre los suyos (no, no tiene condensador de Fluzo) sino porque es un tipo de coche que se implantó en nuestra mente gracias a las películas de Regreso al Futuro haciendo que no podamos evitar sentirnos atraídos por uno cuando se cruza en nuestro camino, como ahora es el caso ya que el Museo tiene un ejemplar en exhibición. 




Hay también un gran cantidad de vehículos a los que podemos denominar "utilitarios" ya que en su época eran modelos destinados a un consumo generalista e incluso algunos eran la solución más económica para conseguir un automóvil por su reducido tamaño y prestaciones. Su propio diseño minimalista y espartano ahora nos despiertan una sonrisa al ver su simplicidad y es ahí donde reside su encanto. También es de admirar la capacidad creativa de los creadores de alguno de los más minúsculos, ilustres en algunos casos (Messerschmitt KR200 o BMW Iseta 300, por ejemplo), y debido a ello no han sobrevivido muchos ejemplares, lo que irónicamente confiere a los aquí existentes mucho más valor y atractivo ahora que en su época.























No hay comentarios:

Publicar un comentario