Como habéis podido comprobar por las otras cinco entradas que completan la visita a este Museo, es un instalación que expone algunos objetos y aeronaves muy interesantes, miembros de pleno derecho de la Historia de la Aeronáutica y Aviación.
No obstante, y lo digo siempre, estos Museos siempre dan mucho más, en cada rincón, en cada estante podemos contemplar detalles exclusivos y únicos que aunque no parezcan tan impresionantes en una primera visión al estar rodeados de enormes aeronaves o piezas más llamativas en una observación más detallada aportan mucho más de lo que parecía a la colección de la que forman parte.
Son ese punto que complementa perfectamente las piezas de mayor tamaño y en ocasiones se trata de instalaciones muy complejas y elaboradas que por su detalle requieren tranquilidad y silencio en su estudio, son los detalles que cual eslabones enlazan y completan la enorme cadena de un Museo de este tipo.
Con alguno de estos rincones digo adiós al repaso fotográfico al Museo del Armamento de la Fuerza Aérea con la sensación de haber podido contemplar algo único y muy especial que difícilmente volveré a visitar.
Ojala todas las bombas del mundo acabaran en instalaciones de este tipo sin llegar a ser usadas.
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