Me he rendido a la evidencia amigos.
Después de ojear los últimos catálogos aeronáuticos y romper mi hucha con forma de cerdito, la verdad ha caído sobre mi como un jarro de agua fría.
Nunca podré comprarme ese caza de combate que me hacía tanta ilusión.
Pero, no todo está perdido, todavía existe una posibilidad:
Voy a comprarme otra hucha cerdito.
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