Con la entrada en servicio del A-380 ha nacido una nueva forma de volar, sobre todo desde el punto de vista del pasajero.
El A-380 cuenta con casi un 50% más de espacio que un Boeing 747 y podría decirse que es, a esta fecha, la forma más lujosa de volar para quien pueda permitirse adquirir un pasaje en una de las "suites" privadas quee la configuración de este aparato permiten integrar a bordo. Por ejemplo, en un A-380 ya en servicio con la aerolínea Qantas, podemos encontrar una silla giratoria de gran tamaño que se convierte en una cama, una mesa de comedor, un asiento por persona adicional, una pantalla LCD de 17 pulgadas con películas, programas de televisión, música y juegos, una degustación de ocho platos de menú del chef australiano Neil Perry y productos para el cuidado de la piel Payot para los hombres y mujeres y pijamas Akira Isogawa, zapatillas y calcetines.
Las posibilidades que permiten el A-380 han dado lugar a creaciones originales que nunca se habían podido dar en la historia de la aviación, como es la instalación de duchas en los aparatos de la linea Emirates Airlines:
En los A-380 de Emirates se respira lujo por todo su fuselaje, convirtiendo la experiencia del vuelo en un auténtico placer:
Sin embargo todo lo esto palidece al lado de las posibilidades que permite la saneada economía de aquellos que desean personalizar sus propios aparatos, a los cuales convierten en auténticos palacios volantes dotados de lujos y comodidades comos las que se pueden encontrar en los mejores hoteles del mundo.
Hoy nosotros, pobres mortales, viajamos virtualmente por aquellos espacios de diseño que sólo pueden disfrutar en la vida real un pequeño número de afortunados de los que podría decirse aquello de "Si vas a hacer algo, hazlo lo mejor que puedas":
El límite, como siempre, lo marca el vil metal.
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