Durante la Segunda Guerra Mundial, los Estados Unidos desplegaron gran imaginación en la protección de instalaciones que se encontraban en su territorio continental ante la posibilidad de un ataque Japonés, dado el temor que existía a que se produjera un ataque como el ocurrido en Pearl Harbour
Realmente son escasísimas las ocasiones en las cuales los japoneses lograron atacar dicho territorio, bien a través de ataques de submarinos que surgían ante la costa americana y disparaban sus cañones o a través de ataques aéreos con hidroaviones transportados también en submarinos.
Más original resulta el intento de bombardear el territorio americano con globos cargados de bombas ("globos de fuego") que eran soltados libremente desde Japón, donde previamente se habían estudiado las corrientes de aire y vientos dominantes, para que dichos globos alcanzaran su destino y produjeran, sobre todo, incendios forestales para lograr minar la moral de los americanos. La censura de tiempos de guerra logró que el pueblo americano, en general, no tuviera conocimiento de esta práctica, aunque un gran número de globos consiguió llegar a su destino provocando escasos daños, censura que se eliminó con el objeto de poner sobreaviso a la población de lo que estaba ocurriendo tras la muerte en Oregón de una mujer y sus cinco hijos cuando uno de ellos intentó coger de un árbol lo que pensaba que era sólo un inocente globo.
Esquema de un "globo de fuego"
En esta guerra de artilugios, donde nada era lo que parecía, cabe destacar la labor del Cuerpo de Ingenieros del ejercito americano, y buena prueba de ello lo tenemos en la siguientes fotografías que corresponden al camuflaje utilizado para ocultar desde el aire a la fábrica de aviones Lockheed Vega Aircraft Corporation en Burbank (Condado de Los Ángeles, California) donde se producían aparatos militares como el Hudson, el P-38 Lightning o el Pv-1 Ventura. El trabajo, cuasi artesanal, consistía en cubir el extenso terreno ocupado por la Planta de Lockheed con una red que simulaba un paraje rural con árboles simulados, plantaciones, viviendas agrícolas...
La verdadera magnitud de la tarea se aprecia mejor en las siguientes fotografías.
Aspecto real de la fábrica:
Después de aplicado el camuflaje:
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