Tras haber ya disfrutado de los
principales escenarios de este Kennedy Space Center aún tenía tiempo para dar
una vuelta por el Complejo de Visitantes y contemplar el resto de zonas para
finalizar con la compra de algún recuerdo (varios en mi caso).
En la zona de los cines Imax y
del“Orbit Café”, otro de los varios espacios de restauración que podemos
encontrar, existe un Northrop T-38
“Talon” de los que utilizó la NASA para el entrenamiento de astronautas
(N969NA).
Muy cerca de él se ubica el
“Astronaut Memorial”, espacio destinado a honrar la memoria de los hombres y
mujeres que dieron sus vidas durante la exploración espacial. Sus nombres
constan sobre un monumento de granito negro en el que cada año se celebra el “Día
del Recuerdo” organizado por la “Astronauts Memorial Foundation” en
reconocimiento a su sacrificio.
En estos momentos se acercaba la
conclusión de mi visita porque el tiempo se me había echado encima y tenía que
partir camino de Miami. Una experiencia intensa en la que no pude disfrutar de
todos los “placeres” que brinda este Kennedy Space Center, aunque creo que una oportunidad muy bien aprovechada para el tiempo que tenía y desde luego muy satisfactoria y
emocionante.
Queda para otra futura (y desgraciadamente difícil) ocasión la
posibilidad de tener un encuentro con un auténtico astronauta, vivir aventuras
espaciales en las diversas instalaciones multimedia existentes (aparte de las
que ya os he dado cuenta) o simplemente darse un paseo por los diversos
rincones de este Complejo de Visitantes donde siempre hay algo interesante que
ver.
Una última visita a “The Space Shop”, la tienda más grande del mundo dedicada a la venta de recuerdos diversos
sobre el espacio y llega el final de mi estancia en el Kennedy Space Center
Visitors Complex.
Como colofón, una maravillosa
oportunidad el haber podido disfrutar de esta apasionante experiencia que con
emoción y espectacularidad me ha transportado a una época irrepetible de la
Historia de la Humanidad como es la exploración espacial la cual he podido tocar
con mis dedos y admirar de tú a tú. Un pequeño paso para el hombre pero un
salto kilométrico para un aficionado que se siente enormemente agradecido por
haber podido pasear entre gigantes, esos gigantes dominados en su
momento por unos hombres y mujeres únicos y dignos de admiración. Gracias por
su sacrifico, valentía y por la herencia que nos dejaron.
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