Un viejo Boeing 747 da para mucho.
Tanta superficie puede aprovecharse de múltiples maneras una vez que ha dejado de prestar servicios: hemos visto muebles, hoteles, restaurantes, incluso como chatarra, lo cual es una lástima viendo lo que el arquitecto David Hertz (Santa Mónica) puede diseñar aprovechando las alas, los estabilizadores y el fuselaje de uno de estos aparatos:
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